Durante la Guerra Fr铆a, la rivalidad entre Estados Unidos y la Uni贸n Sovi茅tica, hoy Rusia, se extendi贸 a todos los 谩mbitos: militar, de inteligencia y tecnol贸gico. Los estadounidenses, cada vez m谩s convencidos de que los sovi茅ticos hab铆an desarrollado tecnolog铆as de control mental, decidieron emprender iniciativas similares. Esto llev贸 a la creaci贸n de un programa notorio conocido como el Proyecto MK-Ultra, que comenz贸 en 1953 y continu贸 durante una d茅cada. Este programa ampli贸 sus actividades a trav茅s de 80 instituciones de investigaci贸n, universidades y hospitales, realizando numerosas experiencias ilegales y no 茅ticas en ciudadanos estadounidenses sin su conocimiento. Estas experiencias inclu铆an tortura con electroshocks, abusos verbales y sexuales, as铆 como la administraci贸n de dosis masivas de narc贸ticos y alucin贸genos.
A principios de la d茅cada de 1950, cuando la Guerra Fr铆a alcanzaba su punto m谩ximo, la comunidad de inteligencia estadounidense se obsesion贸 cada vez m谩s con los avances tecnol贸gicos sovi茅ticos. El gobierno estadounidense, particularmente preocupado por estar rezagado en nuevas t茅cnicas de interrogatorio, recibi贸 informes (que posteriormente se probaron incorrectos) durante la Guerra de Corea que suger铆an que las fuerzas norcoreanas y sovi茅ticas hab铆an desarrollado capacidades de control mental para interrogar a prisioneros estadounidenses. Esto cre贸 una necesidad urgente para que los estadounidenses desarrollaran tecnolog铆as similares. El 13 de abril de 1953, el director de la CIA, Allen Dulles, orden贸 el inicio del 芦Proyecto MK-Ultra禄, nombrando al toxic贸logo y qu铆mico Sidney Gottlieb, conocido en los c铆rculos secretos como 芦El Mago Negro禄, para dirigirlo. Uno de sus principales objetivos era desarrollar un 芦suero de la verdad禄 para usar contra esp铆as sovi茅ticos y prisioneros de guerra con el fin de obtener informaci贸n valiosa. Aunque crear tal suero result贸 ser dif铆cil, los investigadores cre铆an que se pod铆a alcanzar una forma de control mental colocando a los sujetos en estados mentales alterados con la ayuda de varios medicamentos experimentales.

Desde el principio, los experimentos de control mental del Proyecto MK-Ultra se realizaron con extrema confidencialidad. La CIA era consciente de la naturaleza no 茅tica del programa y de la necesidad de mantener el secreto. El programa, compuesto por 162 experimentos, se llev贸 a cabo en muchas ciudades, universidades, prisiones y hospitales, involucrando a 185 investigadores, muchos de los cuales no sab铆an que su investigaci贸n beneficiaba a la CIA. Los experimentos iniciales inclu铆an la administraci贸n de grandes cantidades de diversas sustancias que alteran la mente con la esperanza de lograr un control mental, utilizando alucin贸genos, opi谩ceos y psicod茅licos potentes, as铆 como sustancias ampliamente disponibles como el alcohol. A veces, los investigadores administraban drogas opuestas (por ejemplo, barbit煤ricos y anfetaminas) simult谩neamente y monitoreaban las reacciones de los sujetos, o daban a los sujetos bajo el efecto del alcohol otra droga, como alucin贸genos.

Adem谩s de las drogas, los investigadores tambi茅n utilizaron la hipnosis en el Proyecto MK-Ultra para extraer informaci贸n. Investigaron los efectos de la hipnosis en los resultados de las pruebas de pol铆grafo y su impacto en la p茅rdida de memoria. Los participantes tambi茅n fueron sometidos a pruebas que inclu铆an terapias con electroshocks, estimulaci贸n sensorial y medicamentos paralizantes. El profesor Donald Cameron, primer presidente de la World Psychiatric Association, realiz贸 experimentos en los que los pacientes eran anestesiados y expuestos a ruidos repetitivos durante largos per铆odos, con la esperanza de 芦borrar禄 los recuerdos para reprogramar las mentes. Estos experimentos dejaron a algunas personas en coma durante meses y causaron problemas permanentes como incontinencia y p茅rdida de memoria en quienes despertaron. Otro experimento, supervisado por el famoso cient铆fico del comportamiento John Lilly, implicaba la creaci贸n del primer tanque de privaci贸n sensorial para estudiar las reacciones humanas en un entorno sin est铆mulos externos.

A pesar del arsenal de herramientas disponibles para los investigadores, se puede decir que el Proyecto MK-Ultra tuvo 茅xito en el control mental, pero a un costo enorme, causando perturbaciones graves en las mentes de sus voluntarios.
Debido a la naturaleza secreta del programa, muchos de los sujetos de prueba no sab铆an que formaban parte de una operaci贸n m谩s amplia dirigida por la CIA. Gottlieb admiti贸 que su equipo se dirig铆a a prisioneros, drogadictos, trabajadores sexuales, personas con problemas mentales y algunos voluntarios motivados por dinero o aventura. Uno de los primeros voluntarios fue el autor Ken Kesey, quien, mientras era estudiante en la Universidad de Stanford, particip贸 en el programa y utiliz贸 m谩s tarde sus experiencias con drogas alucin贸genas para su famoso libro Alguien vol贸 sobre el nido del cuco.
Aunque la experiencia de Kesey fue relativamente positiva, muchos otros sufrieron abusos horribles en nombre de la ciencia. En un caso, a un paciente con problemas mentales en Kentucky se le administraron alucin贸genos diariamente durante 174 d铆as consecutivos, lo que amenazaba su vida. El notorio g谩nster Whitey Bulger report贸 que recibi贸 alucin贸genos y fue vigilado por un m茅dico que le hac铆a preguntas bajo la influencia de la droga, afirmando que su carrera criminal result贸 en parte de estas experiencias. Otro participante sospechoso fue Charles Manson, quien orquest贸 una serie de brutales asesinatos en Los 脕ngeles en 1969. Su secta usaba alucin贸genos similares a los del MK-Ultra. No todos los sujetos eran civiles; algunos eran tambi茅n agentes de la CIA. Gottlieb afirm贸 que estaba probando alucin贸genos en funcionarios de la CIA sin su conocimiento, y las pruebas continuaron durante m谩s de una d茅cada, incluyendo una sobre el profesor Frank Olson, un cient铆fico militar que sufri贸 depresi贸n debido a las drogas y finalmente muri贸 al saltar por una ventana del decimotercer piso despu茅s de una semana de consumo de drogas.
Las consecuencias de estos experimentos incluyeron graves efectos psicol贸gicos como depresi贸n, p茅rdida de memoria, par谩lisis, confusi贸n, dolor, insomnio y s铆ntomas similares a la esquizofrenia. Muchos efectos a largo plazo quedaron en gran medida sin tratamiento y no se informaron a las autoridades.

A principios de 1973, despu茅s del esc谩ndalo de Watergate, el director de la CIA de ese momento, Richard Helms, orden贸 la destrucci贸n de todos los archivos y documentos del MK-Ultra, temiendo investigaciones sobre todas las agencias gubernamentales y el riesgo de exponer un tema tan controvertido. Sin embargo, en 1974, el periodista Seymour Hersh public贸 un informe detallado en el New York Times sobre las experiencias ilegales y la vigilancia de ciudadanos estadounidenses por la CIA. Esto llev贸 al presidente Gerald Ford a iniciar una investigaci贸n sobre las actividades de la CIA en 1975 para revelar las conspiraciones internas. Las investigaciones de la Comisi贸n Rockefeller revelaron que la mayor铆a de las pruebas hab铆an sido destruidas y que no se hab铆a dado ninguna autorizaci贸n previa a las personas sometidas a los experimentos, lo que result贸 en una violaci贸n significativa de los derechos de los ciudadanos estadounidenses. El presidente Ford luego emiti贸 un decreto que prohib铆a los experimentos con drogas en humanos sin consentimiento escrito y pleno conocimiento de los detalles.

En 1977, cuando m谩s detalles sobre el programa se hicieron p煤blicos, el Senado llev贸 a cabo audiencias sobre la 茅tica del proyecto. Stansfield Turner, entonces director de la CIA, revel贸 que se hab铆a encontrado un conjunto de alrededor de 20,000 documentos que hab铆an sobrevivido a las 贸rdenes de destrucci贸n porque se hab铆an almacenado incorrectamente en un centro de archivos no utilizado normalmente para tales documentos. Estos documentos inclu铆an detalles financieros pero poco sobre el proyecto en s铆. A medida que el tema ganaba atenci贸n, los sobrevivientes de las pruebas demandaron a la CIA y al gobierno federal. En 1992, 77 personas que participaron en los experimentos recibieron acuerdos financieros o compensaciones, incluida la familia de Frank Olson, que recibi贸 750,000 d贸lares bajo una ley especial del Congreso. La familia Olson se reuni贸 con el presidente Ford y el director de la CIA William Colby, quienes se disculparon p煤blicamente. Muchos otros fueron privados de compensaci贸n debido a la dificultad de probar concluyentemente su participaci贸n.
Hasta el momento, el gobierno no niega la realizaci贸n de los experimentos del MK-Ultra, pero muchos detalles siguen siendo un misterio. La CIA admite que las pruebas se realizaron en 80 instituciones, pero la mayor铆a de los detalles a煤n se debaten entre los te贸ricos de conspiraci贸n. La CIA insiste en que los experimentos se detuvieron en 1963 y que todas las actividades relacionadas fueron abandonadas debido a la destrucci贸n de registros y al secreto que rodea el proyecto, aunque muchos creen que estas experiencias podr铆an continuar hasta el d铆a de hoy, aunque no hay forma de confirmarlo.
